El propósito de la Meditación es la práctica de la Presencia de Dios dentro de ti mismo, conviene pues, que dediques unos minutos cada día, preferiblemente al levantarte por las mañanas y al acostarte por las noches, aunque sean cinco minutos nada más cada vez, para callar tus sentidos físicos, acallar tu mente y, entrando en el silencio absoluto, tratar de hacer contacto mental con esa Gloriosa Presencia que sientes latir constantemente dentro de tu corazón, que vibra, y vive dándote vida, inteligencia, sustancia, amor, belleza y todo lo que él es, a ese cuerpo-templo manifestación irrecusable de Su Presencia como Vida dentro del Plano de las Formas.
Tienes que darte cuenta de que tú, como ser humano, eres esa Presencia Divina Manifestada, como así mismo lo son, todas las manifestaciones de Vida en este plano, ya sea vida humana, animal, vegetal, mineral o elemental. Sin contar los demás planos, unos más elevados y otros inferiores, donde se están manifestando constantemente millones y millones de formas de Vida que no son otra cosa que la expresión del propio Dios como vida creada y creadora.
Tienes que practicar con frecuencia este ejercicio de identificarte con el Todo Universal; el Cristo dentro de ti, unirte a ella aunque solo sean cinco minutos por dos veces al día. Es algo difícil, pero si persistes, con pureza de intención, llenándote de Amor y Perdón para todo y para todos, al fin lo alcanzarás.
Bueno es que practiques la Meditación y que con tus obras trates de servir a la Divina Presencia, cooperando con Ella en su Gran Plan Universal, que no es otro que la Realización del amor fraternal, entre todos los seres de su creación.
La Práctica de la Presencia de Dios en ti, te sacará de los bajos planos de este mundo tridimensional en que vives llevándote a planos superiores de mente y sentimiento, donde lograrás asir entre tus manos "el Cetro del Poder". Serás dueño de tu mundo, usarás tu albedrío provechosa y positivamente, alcanzarás la gracia de disfrutar de tu cielo viviendo sobre la tierra; adquirirás Poderes que ni siquiera sospechas que los llevas dormidos dentro de ti.
Dice el Maestro Emett Fox, que debemos practicar la unión con la Presencia de Dios dentro de nosotros, hasta tal punto que logremos este contacto al instante en que lo necesitemos, especialmente cuando nos encontremos ante una emergencia, debemos tener la práctica que en un segundo nos sea posible volvernos dentro de nosotros mismos y enseguida ponernos ante la Presencia, sin que nada ni nadie pueda impedirnos realizar tal abstracción en el momento, minuto y segundo en que la necesitemos.
Dice el Maestro Fox, que "aún dentro del bullicio de Times Square, puedes ejercitar esta práctica" que ya en si misma es un Poder.
Usa esta receta, practica el contacto y la plática interna con Tu Divina Presencia y verás muy pronto los resultados. Cada vez que te acuerdes, varias veces al día, dedícale un amoroso minuto de contemplación interna. Óyeme amigo, que te conviene. Practica esto. Hazte Uno con Dios.
Para recordar:
"Si en esta vida queremos experimentar la serena paz del Paraíso, debemos esforzarnos en practicar un intercambio amoroso, humilde y familiar con Dios".
AMADÍSIMA PRESENCIA DE DIOS "YO SOY" EN MÍ, AMADÍSIMA PRESENCIA CRÍSTICA EN MÍ; YO TE AMO, YO TE BENDIGO, YO TE ADORO, YO TE LLAMO Y TE DESPIERTO ¡GUÍAME! ¡NO ME DEJES DESVIAR DE LA VERDAD!
¡PADRE! ¡HAZME ENCONTRARTE EN MI YO INTERNO!
|